Las joyas verdaderamente únicas y hechas a mano son a menudo difíciles de encontrar, pero para Marine Harutyunyan, la creadora alemana de raíces armenias ha sido siempre uno de sus principales objetivos.
Introducida por primera vez en las bellas artes y la moda por su abuela, cultivó las tradiciones de sus antepasados tanto en diseño, como en sastrería y joyería.
Para Akulis, la antigua ciudad de Syunik en el área de la Gran Armenia, era un lugar de gran belleza e inspiración. Rodeada de montañas, y extendiéndose de norte a sur en el valle del río Aguli, fue el París de su tiempo; un nexo de literatura, moda y cultura, y de un enriquecedor comercio entre el mundo ruso y el europeo occidental.
Para ella, el color es siempre un reto, y la naturaleza, en su forma más sencilla, una inspiración. Usando una gran variedad de materiales, desde el latón a la plata, seda, terciopelo, fibras recicladas y piezas bordadas siguiendo antiguas tradiciones, combina color, forma y textura en cada una de sus joyas, trayendo la estética de tiempos pasados al mundo moderno.